Los proyectos educativos generados para niños y adolescentes en nuestra era deben plantearse no sólo a partir del desarrollo de las clásicas plataformas teóricas, sino también de la producción de actividades que incentiven la creatividad de los participantes y generen la creación de diversas expresiones prácticas, con la finalidad de ofrecerles la posibilidad de desplegar su imaginación y ampliar su espectro cognitivo a través del manejo de nuevos lenguajes. Es necesario realizar una conjunción de la teoría y la práctica, estableciendo una interacción lúdica entre los participantes y los encargados de los cursos, constituyendo un ambiente de confianza y seguridad desde el cual, partiendo de determinados ejes temáticos, se puedan generar los estímulos adecuados para que los niños y adolescentes conciban sus propias búsquedas conceptuales, perfiladas a partir de sus necesidades específicas, tanto personales como sociales, para propiciar a través de ello la producción de diversos modos de conocimientos. Los niños y adolescentes deben tener la oportunidad de educarse de manera didáctica y lúdica, llevando a cabo programas que incluyan aprendizajes en las tradicionales aulas de clases y realizar a su vez visitas a lugares de interés según los temas preparados. Este método de reunir teoría y práctica tiene como objetivo sensibilizar a los participantes con su entorno personal y social, a través del proceso creativo y establecer el valor de la imaginación para su aplicación a futuro bajo cualquier problemática en torno a la vida cotidiana y mejorar su calidad de vida a partir del desarrollo de sus capacidades creativas. Es importante incidir en este tipo de propuestas educativas para que en los procesos de formación del estudiante se reconozca la necesidad de fomentar la interculturalidad a fin de beneficiar a niños y adolescentes, contribuyendo e impulsando el aprendizaje mixto como medio de desarrollo tanto a nivel personal como a nivel cultural.
No hay comentarios:
Publicar un comentario